El 10 de junio ha fallecido en San Carlos, Chile, don Mile Mavroski Mileva
Noticias de 12.06.2020
Don Mile, nació en Macedonia en 1933 y llegó a Chile en 1955. En Concepción conoció a su esposa Carmen Sepúlveda con quien tuvo dos hijos. La familia se mudó a San Carlos, lugar de origen de su esposa. En esa ciudad don Mile se instaló con un negocio de servicios funerarios. Con su trabajo se mostró solidario con grupos pobres de pobladores entregándoles sus servicios gratuitos cuando no podían pagar un entierro digno a sus familiares. Después del golpe de Estado de 1973 fue acusado de pertenecer al MIR, de ser espía soviético y traficar con armas. En enero de 1974 fue llevado desde la cárcel de Chillán a la Colonia Dignidad. Don Mile estuvo 11 meses en la Colonia, siendo el detenido con más tiempo en ese lugar. Allí fue sometido a interrogatorios y torturas. Después del retorno a la democracia, declaró ante la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura (Comisión Valech) y quedó incluido en el listado de prisioneros políticos y torturados de dicha comisión.
La entrevista con don Mile en julio de 2019 era la primera del proyecto CDOH en Chile.
La entrevistadora, Evelyn Hevia se acuerda: “Esa mañana llegué a la entrevista acompañada de Edison y Manuel, los colegas del equipo audiovisual, además fui con Luis Narváez, periodista que conoce hace varios años a don Mile y ha seguido su historia por el trabajo que ha hecho con las fichas de la Colonia Dignidad. Con Luis y el abogado Hernán Fernández habíamos visitado a don Mile en 2016, pero esa vez tuvimos que verlo en la sala de urgencias del hospital, pues estaba con algunas afecciones de salud. En julio del año pasado, él vivia en una residencia para ancianos y su hija nos contó que la semana siguiente a la entrevista sería reconocido como Hijo Ilustre de San Carlos. Es que don Mile era un personaje de la ciudad, un hombre solidario, siempre elegante, bien vestido y con su pipa entre los labios o en las manos. El día de la entrevista lucía como siempre, sonriente, pero con cierta resistencia a recordar los momentos difíciles de su vida. Grabamos la entrevista, en las pausas compartimos un kuchen y té, nos contó de su infancia en Macedonia pastoreando ovejas y cabras, nos habló de la guerra, nos enseñó el tatuaje con su nombre que se hizo en el brazo para ser reconocido por si moría en un bombardeo. También nos contó que aprendió a “hablar chileno” gracias a las “malas palabras” que le enseñaban amigos y colegas que conoció al llegar al país. Al despedirnos esa tarde de don Mile, con mis colegas pensamos que habíamos registrado una gran historia de vida, que incluso, a pesar de lo escueto del relato de don Mile, dejaba testimonio de la vida de un gran hombre y sobreviviente de tantas batallas. Un honor haber alcanzado a dejar registro de su historia de vida para este proyecto”.