Tuve la fortuna de conocer primero al doctor Peebles, por el año 2003 en la Universidad de Arte y Ciencias Sociales, fue mi profesor de las asignaturas de  Psicopatología y Psiquiatría. Le recuerdo de delantal blanco, con los bolsillos atiborrados de golosinas y bebidas azucaradas, siempre pensé que era su manera de resistir esas largas jornadas de trabajo que tienen los médicos psiquiatras que se dedican a atender en el sistema público de salud y además ejercen la docencia universitaria. Con él aprendí sobre Asclepio, el dios griego de la medicina y la curación. También sobre diversos síndromes y patologías psiquiátricas, ofreciendo siempre una mirada más allá del conteo de signos y síntomas descritos en los manuales.
 
Desde su presentación en la primera clase de “Psicopato”, me quedó impregnado el timbre sereno de su voz pausada, el que mantuvo incluso cuando como parte de su currículum vitae se presentó como superviviente de Colonia Dignidad y testigo clave contra Paul Schäfer y sus “secuaces”, también en ocasiones en que una generación de estudiantes desafió su paciencia.
 
Casi dos décadas más tarde tuve la ocasión de entrevistarle para el Archivo de Historia Oral de Colonia Dignidad (www.cdoh.net) y pude conocer con más detalle sobre su historia de vida, sus días de adolescencia en Antofagasta y su formación con los jesuitas, luego sobre sus estudios universitarios en Concepción y su inevitable militancia en el MIR; sus días de clandestinidad tras el golpe y la posterior detención y traslado a diferentes recintos de secuestro y tortura, entre ellos Colonia Dignidad. La precisión médica con que el profesor Peebles describía las torturas que le fueron practicadas en aquella colonia no me fue indiferente. Tampoco cuando leí sus numerosos testimonios judiciales y en los medios de prensa disponibles en archivos en Chile y Alemania.
 
Luis “Kiko” Peebles, como era conocido por sus cercanos, fue un testigo desde la primera hora en que debió exiliarse en Bélgica. Fue un luchador incansable por la dignidad humana, un hombre que regresó varias veces al lugar donde fue descendido hasta el infierno de la tortura, porque buscaba comprender ese microcosmos de Colonia Dignidad, ubicar los lugares exactos donde fue torturado junto a compañeros y compañeras que no sobrevivieron para contarlo. También a su retorno a Chile tuvo que enfrentarse a otros médicos, colegas, que formaron parte del sistema represivo que él mismo años antes había sufrido.
 
Se ha marchado de esta tierra un luchador, testigo incansable, compañero, padre, abuelo, profesor de tantas generaciones de estudiantes, profesional que escuchó los dolores de tantos otros y otras en su calidad de médico psiquiatra, aquí y también en el exilio. Sin duda alguna, su voz pausada seguirá resonando como un susurro las deudas todavía pendientes en la memoria de Chile y su nombre quedará inscrito en la historia de la búsqueda de la verdad, de la justicia y de la memoria.

En su memoria van estas líneas.

Tras registrarse, puede escuchar y ver la entrevista biográfica con Luis Peebels Skarnic:

https://archiv.cdoh.net/de/interviews/cd045